Un nuevo mundo. Prologo

PROLOGO

El tiempo se agotaba, cada vez se escuchaban más cerca  las pisadas sobre el suelo metálico de esas despreciables criaturas. Todos esos seres anhelaban poder acabar con él y mostrar su cuerpo sin vida ante su líder de grupo. Fue entonces que uno de ellos que tenía el aspecto similar al de un ave logró divisar a su presa, tomó su “carabina” con sus dos manos y disparó dos rayos espectrales verdosos.  Ambos rayos fallaron, ya que impactaron contra la coraza metálica del corredor, dejando tan solo dos agujeros obscuros sobre la pared purpura.

Finalmente, el también llamado “súper soldado” llegó al puerto, miró a su alrededor, pero tan solo observó una escena trágica.  Muchos de sus compañeros junto con algunas tropas enemigas yacían sobre el suelo sin vida. No había tiempo para lamentarse, el tiempo se terminaba y pronto el temporizador del detonador llegaría a cero y todo lo que estuviera dentro y sus cercanías de la “Corvette” seria consumido por la explosión.

El soldado de armadura verde oliva escuchó de nuevo a sus perseguidores y dio un salto sobrehumano ahorrándose la rampa que conducía directo a las naves de evacuación.  La mayoría de las naves estaban muy dañadas a excepción de un “Albatross”. Antes de que lograra abordarla y huir, salieron del pasillo dos criaturas con el mismo aspecto de ave e inmediatamente comenzaron a disparar con sus carabinas.

El soldado giró rápidamente hacia donde estaban sus atacantes y con un movimiento veloz tomó su “DMR” para después disparar en dos ocasiones, las dos criaturas cayeron  al suelo manchándolo con su sangre purpura.

Una de ellas, aun con vida, trató de incorporarse pero no tuvo éxito. Tan solo observó como la nave donde había abordado el soldado se encendía y comenzaba a elevarse, la criatura comenzó a gritarle furiosamente en un lenguaje extraño y finalmente vio como la nave se alejó de la Corvette.

No paso mucho tiempo cuando se hizo una gran explosión y la Corvette comenzó a incendiarse y a hacerse pedazos. La explosión fue tan fuerte que hizo que el soldado perdiera el control de la nave; el sistema de la Albatross dejó de funcionar y mientras él trataba de tomar de nuevo el control no se dio cuenta que detrás suyo había tres “Banshees espaciales” persiguiéndolo.

Las tres naves caza comenzaron a disparar a la Albatross  con sus cañones de plasma incorporados, pero gracias al grueso blindaje de está, los disparos de plasma no podían perforarla.

En un movimiento por librarse de esas molestas naves, el soldado se adentró a una zona de asteroides evadiendo con gracia las rocas que andaban sin rumbo fijo. Sin embargo, las tres naves continuaban disparando al mismo tiempo que evadían las peligrosas rocas.
Una de ellas utilizó su cañón de combustible y de él salió disparado una barra verdosa brillante a toda velocidad, la barra de combustible chocó muy cerca de la Albatross ocasionando que la nave se moviera bruscamente haciendo que rozara una de sus alas con un asteroide.

El soldado trataba de mantener la calma, pero la nave se movía bruscamente debido al golpe, entonces de forma arriesgada trató de salirse de esa peligrosa zona. Estuvo a punto de estrellar su nave al evitar un enorme asteroide, pero casi de milagro logró evitarla y con ello salir de la peligrosa zona. Las tres naves que lo perseguían no tuvieron la misma suerte y se estrellaron contra la roca que segundos antes el soldado había evadido.

Una vez que sus perseguidores habían sucumbido, el soldado soltó un suspiro y antes de poder relajarse observó que más adelante entre la oscuridad del espacio se formaba una especie de vórtice de un tono violeta. El vórtice se encontraba aproximadamente a seis kilómetros delante de él; podría haberlo evitado sin problema, pero el vórtice parecía atraerlo haciendo que se perdiera de nuevo el control de la nave. Finalmente, la nave fue tragada por el vórtice y este desapareció sin dejar rastro alguno.

Después de algunos minutos y el vórtice volvió a aparecer expulsando a la Albatross. El soldado aun no podía recuperar el control y fue entonces que notó que ya no se encontraba en el espacio, trató de ver a través del parabrisas de la nave, pero el lugar se lo impedía ya que solo podía ver muchas nubes grises a su alrededor junto con una incesante lluvia y rayos que caían violentamente a la tierra.  El tablero de control de la nave mostró un diagrama del Albatross, marcando en rojo el ala izquierda que estaba en un estado grave.
Todo parecía indicar que la nave tendría un aterrizaje forzoso, por lo que el soldado se preparó para recibir el fuerte impacto. Pronto todo comenzó a tornarse oscuro y poco a poco el sonido de la lluvia comenzaba a hacerse cada vez mas bajo.

Pasaron las horas y la luz comenzaba a filtrarse por una de las ventanas rotas de la nave dándole directamente al casco del soldado, la luz intensa atravesó el cristal del casco. Esto ocasionó que él despertará, se cubrió su rostro con su mano para que los rayos del sol no pudieran cegarlo y entonces se reincorporó con cierta dificultad debido a que estaba un poco aturdido por el choque que tuvo la nave. Miró por el parabrisas y observó una extensa vegetación que cubría el lugar, se podían escuchar el sonido de lo que parecían ser aves y entonces una vez que se sintió mejor fue directo al tablero de control para ver los daños del vehículo.

Por fuera, la Albatross se había estrellado contra un enorme árbol; muchas de sus ramas y hojas habían cubierto la parte superior de la nave. También podía verse muchos otros árboles dañados, al igual que varios golpes que presentaba la nave.

Todo estaba en calma en lo que parecía ser un extenso bosque, pero entre las sombras de los arboles algo estaba observando con cautela la extraña criatura metálica que la noche anterior se había estrellado.