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Chrysalis y el cetro de Ragnaros. Capitulo 3

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La changeling y el unicornio se encontraban en la habitación que encerraba los elementos de la armonía.

Chrysalis se acercó a la puerta que protegía las gemas, ella sabía que para abrir tal puerta necesitaba un hechizo que solamente conocían tres sujetos en toda Equestria: Celestia, Luna y Shining Armor.

– Es hora de que utilices tu magia para abrir la puerta, cariño – Con su magia, la changeling hizo que Shining Armor se acercara a la puerta y entonces, el unicornio comenzó a utilizar su magia para lograr abrir la cámara de los elementos de la armonía.

La gran puerta de acero comenzó a brillar formando un sello mágico, entonces la puerta empezó a abrirse lentamente dejando el camino despejado para Chrysalis.

La malvada reina se adentró a la bóveda, al final de la misma se encontraban en un altar los seis elementos de la armonía, sin embargo, el objeto que ella buscaba no podía ubicarlo.

– Las imágenes dentro de la mente de ese unicornio muestran que ese cetro se encuentra aquí mismo, pero… ¿Dónde? – Chrysalis seguía intentando encontrar el valioso artefacto.

Dentro de la bóveda se apreciaban en las paredes imágenes que mostraban los acontecimientos del pasado. Una de esas imágenes mostraba a las seis ponys guardianas de la armonía derrotando al temible Discordia. Otra imagen, mostraba a la princesa Celestia acompañada de dos unicornios, uno de pelaje blanco y otro de pelaje azulado grisáceo, en la misma se podía observar a los tres mirar tristemente hacia la luna.

Hubo una imagen que le llamó la atención a la changeling, en esa imagen se podía apreciar a dos alicornios combatir contra un enorme dragón rojo. Chrysalis notó que ninguno de esos dos alicornios correspondía a Celestia o Luna. También en la misma imagen aparecían otros dos dragones, uno de color blanco y otro de color negro. Ambos dragones también combatían contra el primer dragón.

– (Ese debe ser Ragnaros…) – Pensó la reina al mirar al dragón rojo.
Chrysalis comenzaba a impacientarse, buscaba por todo el lugar sin tener éxito, ella como señal de frustración comenzó a arrancar de las paredes las imágenes que adornaban la bóveda. Hasta que finalmente le faltaba por arrancar la última imagen que observó.

Ella arrancó utilizando su magia aquella imagen, entonces se sorprendió al ver que detrás de ella se encontraba una especie de puerta oculta. Esa puerta tenía seis hendiduras con la misma forma que los elementos de la armonía. Pronto comprendió que si quería ver lo que había detrás de la puerta, ella debía colocar los elementos de la armonía en aquellas hendiduras.
Chrysalis se acercó a las gemas, pero cuando trató de tocarlas un chispazo se produjo impidiendo que lograra tomarlas.

– ¿Un hechizo de protección? – Susurró la changeling.

– Esto debe ser obra tuya, Celestia. Pero no creas que me rendiré tan fácilmente, si tres son los que pueden abrir esta bóveda, entonces los mismos deben poder romper el hechizo – La changeling nuevamente utilizó a Shining Armor que aun seguía bajo su hechizo.

Y así como creyó Chrysalis, el unicornio rompió el hechizo que protegía los elementos de la armonía. Después, Shining Armor comenzó a colocar las gemas en la puerta oculta, terminada su tarea, los dos miraron como la puerta brillo con los mismos tonos de las gemas (amarillo, verde, azul, rosa, rojo y morado), para después abrirse.

Los ojos de la changeling brillaron al ver que en el interior se encontraba el valioso objeto que buscaba.

Dentro de la pequeña habitación secreta, se hallaba posado en un pequeño altar una de las dos partes que conformaban el cetro de Ragnaros. El cetro estaba hecho totalmente de los huesos del dragón Ragnaros, a lo largo del objeto había muchos cuernos pertenecientes al dragón que daban una impresión amenazante, mientras que en la parte superior se hallaban dos garras que parecían que sostuvieran algo.

– Al fin encontré el cetro de huesos… – Chrysalis comenzaba a acercarse al poderoso artefacto, pero antes de tomarlo escuchó una voz familiar.

– ¡Aléjate de ahí, Chrysalis!

La changeling miró hacia atrás y observó a una alicuerno con cola y crin de varios colores con una imagen en sus costados de un sol y a otra alicornio azulada, con una cola y crin azul con brillos en forma de estrella, con una imagen de la luna en sus flancos.

– Que sorpresa… Celestia y Luna. Las dos hermanas han venido a detenerme – Dijo Chrysalis al ver a las dos princesas de Equestria.

– Lo repetiré de nuevo, Chrysalis. Aléjate de ese objeto – Celestia sabía que la changeling era muy peligrosa, por lo que no debía bajar su guardia.

– Si realmente quieren detenerme… háganlo. Pero, déjenme decirles princesas que yo no me dejare vencer tan fácilmente – La changeling retaba a las dos alicornios.

Celestia cambió su tono a uno más sereno, ella trataba de razonar con la malvada reina, sin embargo, la changeling no escuchaba razones. La única cosa que deseaba la reina Chrysalis era expandir su reino para que sus ciudadanos tuvieran una mejor vida, y esa meta comenzaría con la caída de Equestria.

– Se que quieres ayudar a tu reino, pero esa no es la solución – Respondió la princesa Luna.

– Ja… Me lo dice la alicornio que quiso acabar con su propia hermana – Luna se quedo callada al escuchar el comentario de la reina Chrysalis.

– Sabes muy bien que Luna no tuvo la culpa de ese lamentable hecho, Chrysalis – Dijo molesta Celestia.

–En esa ocasión, no solamente mi querida hermana y yo sufrimos. Todos los habitantes de Equestria sufrieron por ese lamentable suceso. Puede que lo mismo se repita si continúas con tu plan, todos los habitantes de mi reino y los de tu reino podrían sufrir si continuas con tu meta – Dijo la alicornio del sol.

– Lo siento, Celestia. Mis súbditos también lo desean. Y como veo que no me dejaran tranquila no tendré opción más que detenerlas en este instante – Chrysalis arrojó de su cuerno obscuro un rayo verde, el mismo que había derribado a Shining Armor anteriormente.

Al ver acercarse el ataque de la changeling, tanto Luna como Celestia crearon una barrera mágica para detener el ataque.

Esto causo una gran explosión que daño la habitación donde se encontraban. A su vez, todos los guardias de Canterlot que estaban fuera del palacio se percataron de lo que estaba aconteciendo en ese momento.

Una nube de humo se había formado, esto impedía que las princesas lograran ver a su alrededor.

– ¿Estás bien, Luna? – Preguntó preocupadamente Celestia.

– No te preocupes, hermana. Estoy bien – Respondió la alicornio menor.
Al fin la nube de humo se había disipado, las dos alicornios observaron que la habitación tenía varios daños, pero también notaron que la changeling no estaba en ninguna parte.

– ¡Mira, hermana! ¡Ahí está el cetro! – Luna corrió apresuradamente hacia el valioso artefacto. Antes de que lograra alcanzarlo de una nube obscura salió sorpresivamente la reina Chrysalis.

– No creas que dejara que lo toques, Luna – Con un fuerte golpe la changeling arrojó hacia una de las paredes a la princesa Luna.

– ¡Luna! – Exclamó Celestia.

– No te distraigas tan fácilmente – Detrás de la alicornio salió una copia de Chrysalis.

Antes de ejecutar su movimiento, Celestia giró rápidamente.

– ¡Relámpago blanco! – Un incesante rayo con un tono azul y blanco acabó con la copia de Chrysalis.

– Nada mal, princesa – Pronto de las sombras salieron otras cuatro copias de la changeling.

– ¡Veamos cómo te defiendes de esto! ¡Llama crepuscular! – Las cuatro changeling rodearon a la princesa mientras arrojaban un fuego de color verde.

Antes de que el fuego impactara contra la alicornio, una barrera de sombras logró frenar el ataque de la changeling. Chrysalis miró hacia donde se encontraba la alicornio azulada.

– No dejare que lastimes a mi hermana – Dijo Luna con una expresión molesta.
Chrysalis se dio cuenta que combatir contra las dos princesas de Equestria era una algo complicado, ella de alguna manera debía separar a las dos hermanas. La reina de los changeling desplego sus extrañas alas y comenzó a elevarse dentro de la habitación. Su cuerno comenzó a brillar emitiendo una luz cegadora.

Esto hizo que tanto Celestia como Luna no fueran capaces de ver lo que ocurría en el lugar. Luna con esfuerzo notó que su hermana se acercaba.

– ¿Te encuentras bien, hermana? – Preguntó Celestia.

– Si, hermana. Estoy bien. Debemos detener pronto a Chrysalis antes de que se apodere del cetro de huesos – Decía Luna mientras trataba de ver entre la luz que aun permanecia, pero con menos intensidad.

De repente, Luna escuchó que Celestia comenzaba a reír de una forma extraña por lo que giró para verla, entonces notó que los ojos de Celestia tenían un brillo verde.

– ¡Chrysalis! – La alicornio no pudo reaccionar ante la inminente flama verde que la falsa Celestia le arrojó.

Esto hizo que Luna callera inconsciente. La changeling se acercó a ella y con su magia trató de controlarla.

Antes de que lograra controlarla, un brillo dorado comenzó a rodear a la princesa de la noche. En un parpadeo, Luna desapareció del lugar.

– Veo que harás todo lo posible para proteger a tu pequeña hermana, Celestia – Chrysalis observaba como Celestia le apuntaba con su cuerno.
Chrysalis rápidamente usó su magia y del suelo comenzaron a salir unas ramas negras.

– ¡Atrapen a Celestia! – Exclamó Chrysalis. Las ramas se dirigieron hacia la alicornio blanca.

– ¡Espadas luz! – Detrás de Celestia se formaron portales con tonos dorados donde comenzaron a salir unas espadas a gran velocidad.

Las espadas cortaron las ramas negras, pero Chrysalis tenía otro plan. La changeling usó su magia y trató de controlar a Celestia. A pesar de ello, Celestia puso resistencia ante el poder de Chrysalis.

– Deja de resistirte… – Chrysalis miraba sorprendida como la alicornio a pesar de estar defendiéndose de las ramas, también lograba frenar su hechizo de control mental.

La changeling observó que cerca de ella estaba el cetro que Luna había tratado de defender.

– Discordia dijo que quien posea el cetro de huesos su poder aumentara… Hay que probarlo – Chrysalis tomó el cetro y sincronizo su magia con la del artefacto.

Chrysalis y el cetro comenzaron a brillar. Pronto la changeling empezó a sentir como su fuerza mágica aumentaba. Junto con el poder del cetro, la reina invocó más ramas negras que inmovilizaron a la princesa Celestia. A pesar de los esfuerzo de Celestia, esta vez había quedado atrapada.

– Bien, Celestia… Es hora de que le sirvas a tu nueva ama – Chrysalis comenzó a controlar a la alicornio.

Lamentablemente para Celestia, el poder de la changeling se había vuelto muy poderoso, a pesar de que hizo todo para lograr frenar la magia de Chrysalis, no lo logró. Los ojos de Celestia habían cambiado a un tono verde.
Chrysalis y Celestia miraron como llegaban cientos de guardias.

– ¡Detente ahora mismo, Chrysalis! ¡Suelta a la princesa! – Exclamaba con enojo el unicornio blanco. El hechizo de Shining Armor había quedado roto, entonces el unicornio quedo sorprendido al ver que su princesa había quedado bajo el hechizo de la changeling.

– No puede ser… siguen apareciendo mas interrupciones – Dijo la changeling molesta.

– No tengo tiempo para seguir con esto. Por el momento debemos irnos, pero no se preocupen la caída de Equestria sera muy pronto... Querida Celestia es hora de marcharnos – Celestia comenzó a cargar su magia y con su técnica de relámpago blanco hizo un agujero en el techo. Ambas comenzaron a volar para huir del palacio.

El techo comenzaba a desplomarse.

– ¡Cuidado, soldados! – Advertía Shinig Armor al ver los grandes trozos de roca caer en el lugar.

Debido a los impactos de alzó el humo, pero cuando este comenzó a disiparse se observó que una barrera mágica había salvado a todos los guardias del lugar.

– Gracias, señor. Nos ha salvado la vida – Un guardia pegaso agradecía a Shining Armor.

– N-no fui yo… – Respondió el unicornio.

– Esta técnica de protección es obra de la princesa Celestia, su majestad debió haber hecho ese hechizo de protección antes de que fuera controlada por Chrysalis. Seguramente se activo al ver que nosotros estábamos en
peligro – Dijo el general.

– ¡Busquen a la princesa Luna! – Ordenó Shining Armor.

– Esa maldita no solamente tiene el cetro de huesos, también tiene a la princesa Celestia – El unicornio se veía realmente enojado.
Lejos de Canterlot, Chrysalis y Celestia volaban.

– Debo admitir que esto resultó mejor de lo que esperaba. Ya poseo el cetro de huesos y también a una interesante aliada, ahora solamente falta conseguir el rubí de sangre. Equestria pronto será totalmente mía y nadie podrá detenerme – La changeling soltó una carcajada.
Tercer capitulo de mi segundo fic.
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